Hola mundo hipócrita, soy un inmaduro que viene a madurar. Estoy ardiendo en ira y orgullo. No sé que clase de trampas me tienes preparadas, tampoco sé si voy a ser capaz de esquivarlas. Creo en los errores, creo en el avance, creo en el dolor. Ando insoportable, con pasos chulescos, reprimiendo la ira de cada piedra que me pones en el camino. No es fácil para mí, no me lo compliques más, o llegará un punto donde me rompa y salpique a cada uno de los que me rodea. Hay días en los que creo que estaría mejor en Huelva. Los viejos jóvenes amigos se encuentra en un mar de duda cuando de pedirle consejo se trata. Todos tenemos un límite, un límite que hoy se esta desbordando. ¿Por qué yo? He intentado estar bien conmigo mismo, pero no puedo. Me encuentro en una pelea interna, una pelea para la que necesito automedicarme con dosis de orgullo cada mañana. No sé quien soy, pero si sé quien he sido siempre. Creo que sigo el camino correcto, pero es un camino, oscuro, muy oscuro no sé donde estoy pisando...
La realidad no siempre es bonita, a veces duele...y mucho. Es algo que debemos no solo aprender, sino concienciarnos. Hay algo mas allá de mis pies y los vuestros.
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