domingo, 8 de abril de 2012

Angustia, Malestar, Refugios...

Automedicación, dosis diaria de dolor llegas cuando menos  te necesito, pero me haces ver lo que realmente te echaba de menos. Miro fotos viejas y la postura de un triste sillón  al son de un triste malcantar me recuerda con peros y respiraciones lo que un día estuvo muy cerca, que fue real, lo creí poder empezar a olvidar y lo que me hace cambiar de opinión a la velocidad del sonido.

¿Dónde esta mi refugio? ¿A dónde he de ir cuando estoy triste y no encuentro cobijo? ¿Acaso soy tan mayor? no tengo derecho a estar con alguien  que nunca me fallé y me diga: "hey, esto es un mal trago, pero te aseguro que algún día todo esto que estas viviendo quedará como un pasaje de tu vida encerrado entre candados hechos de lagrimas", y reirás  alegre porque la vida que tanto soñaste sera real. Estoy cansado, cualquier mínima cosa es una bomba nuclear alojada en el punto medio de mi cabeza, la cual estalla una y otra vez.

Con escuadra y regla mido vuestras respiraciones. Entro en un sistema de sobrealerta, en el que no hay bromas posibles, no hay coñas posibles. No me gusta bromear con armas, no me gusta bromear con pistolas que una vez dispararon. Seamos realistas, analicemos cada coma, cada suspiro y la conclusión final llegará próximamente.
"Mírame cuando te hablo, veo el dolor escondido en tu orgullo, y yo no veo a nadie más, me veo a mi mismo estoy viendo en el espejo en la pared. Aquí estamos otra vez a través de mis aciertos o mis fracasos tu has sido mi único amigo, tu me dijiste que ellos no podían entender el hombre que soy, así que qué hacemos aquí hablándonos el uno al otro vez..."

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